sábado, 21 de octubre de 2023

APIGENINA.

 

 

La apigenina detiene la división celular.

Con su investigación, Maikel Peppelenbosch et al han demostrado que la apigenina, un flavonoide que se encuentra habitualmente en nutrientes como el apio, cebolla, perejil, las manzanas, las uvas, es la responsable de que el consumo de frutas y verduras tenga un efecto protector contra el desarrollo del cáncer[1].



[1] PEPPELENBOSCH, Maikel et al (2010). Cytotoxicity of apigenin on leukemia cell lines: implications for prevention and therapy. En: Cell Death and Disease (2010) 1, e19; doi:10.1038/cddis.2009.18

 

 

La apigenina reduce las probabilidades de crecimiento de la leucemia.   El estudio demuestra, que, aunque la apigenina es un agente quimiopreventivo potencial debido a la inducción de la detención del ciclo celular de la leucemia, se debe tener precaución en la ingesta dietética de apigenina durante la enfermedad, ya que puede interferir en el tratamiento del cáncer[1].

 

Efectos antiinflamatorios.

Nos gustaría llamar la atención sobre el hecho de que los flavonoides son potentes factores antiinflamatorios, incluso cuando se administran una vez asentada la inflamación. Al igual que muchos otros flavonoides, se ha informado de que la apigenina ejerce efectos antiinflamatorios, como la disminución del estrés oxidativo y la prevención de la expresión de varios factores inflamatorios, tal y como confirmaron Sawatzky y colaboradores[2].

 

Propiedades neuroprotectoras.

La enfermedad de Alzheimer (EA) es una de las enfermedades neurodegenerativas más prevalentes. Los tratamientos terapéuticos actuales son inadecuados debido a la compleja patogénesis de la enfermedad. Sin embargo, el polifenol vegetal apigenina ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras en varios modelos celulares y animales[3].




[1] GROSSO, C.; FIGUEIREDO, I.: BURILLO. J. et al. (2021). Apigenin as a Potential Candidate for Cancer Chemoprevention. Pharmaceuticals (Basel). 2021;14(6):530. doi:10.3390/ph14060530

[2] SAWATZKY D, WILLOUGHBY D, COLVILLE-NASH P, ROSSI A. (2006). The involvement of the apoptosis-modulating proteins Erk 1/2, Bcl-xL, and Bax in the resolution of acute inflammation in vivo. En: Am J Pathol. 168:33–41.

[3] BALEZ, Rachelle et al (2016). Neuroprotective effects of apigenin against inflammation, neuronal excitability and apoptosis in an induced pluripotent stem cell model of Alzheimer’s disease. En: Scientific reports 6:31450-DOI 10.1038/srep31450. www.nature.com/scientificreports/

 

 


 

 

Propiedades ansiolíticas y sedantes.

La apigenina es un flavonoide común que se encuentra en diversas plantas, entre ellas la manzanilla (Matricaria recutita), la menta y el romero. El uso tradicional de la infusión de manzanilla como tratamiento contra el insomnio y la ansiedad llevó a investigar sus componentes activos, entre ellos la apigenina. Se descubrió que la apigenina tiene propiedades ansiolíticas[1].

 

Propiedades antivirales.

Una revisión resume los últimos avances en fitoquímicos como agentes antivirales funcionales. El estudio en cuestión se centra en los flavonoides, como la apigenina, la vitexina, la quercetina, la rutina y la naringenina, que han mostrado una amplia gama de efectos biológicos, entre ellos actividades antivirales. Incluso las mezclas de diferentes flavonoides o la combinación de flavonoides con fármacos sintéticos antivirales potencian sus efectos antivirales[2].

 

Efectos antimicrobianos de la apigenina,

La apigenina es un flavonoide de baja toxicidad y múltiples bioactividades beneficiosas. Todas las revisiones publicadas se centran en los hallazgos con células eucariotas, modelos animales o estudios epidemiológicos sobre la farmacocinética, la quimioprevención del cáncer y las interacciones farmacológicas de la apigenina; sin embargo, no se dispone de ninguna revisión sobre los efectos antimicrobianos de la apigenina. Las investigaciones demuestran que la apigenina dietética atraviesa el tracto gastrointestinal superior y llega al colon tras su consumo. Por este motivo, merece la pena estudiar las posibles interacciones entre la apigenina y la microbiota intestinal humana. Una revisión china[3] resume los estudios sobre los efectos antimicrobianos de la apigenina, así como lo que se ha informado sobre la apigenina y la microbiota intestinal humana. Se ha informado de varios niveles de eficacia en la capacidad antibacteriana, antifúngica y antiparasitaria de la apigenina. Se ha demostrado que ciertas bacterias intestinales degradan la apigenina o sus glucósidos en metabolitos más pequeños que pueden regular el organismo humano tras su absorción.

 



[1] KUMAR, S. et al (2008). Estimation of Apigenin, an Anxiolytic Constituen, in Turnera aphrodisiaca. En: Indian J. Pharm Sci. Nov-Dec; 70(6): 847-851.

[2] NINFALI, Paolino et al (2020). Antiviral Properties of Flavonoids and Delivery Strategies. En:  Nutrients, 12(9), pp. 25-34.

[3] WANG, Minquian (2019). A Review on Flavonoid Apigenin: Dietary Intake, ADME, Antimicrobial effects, and Interactions with Human Gut Microbiota. En: Biomed Res Int 2019: 7010467. Doi: 10.1155/2019/7010457

 

 


 

 

En mi vida profesional pude trabajar muchos años con los profesores José Antonio Lozano Teruel, Julián Castillo Sánchez y Obdulio Benavente-García. El científico José Antonio Lozano Teruel, con ayuda del Dr. Julián Castillo, decía de la Apigenina lo siguiente[1]:

 

Vamos a comentar las características de un flavonoide, una molécula natural, la apigenina, utilizada inmemorialmente en forma de los vegetales que la contienen y que, redescubierta en los últimos años, ofrece unas posibilidades enormes de cooperación a nuestra salud y bienestar. Si las investigaciones sobre flavonoides deben centrarse en dos aspectos, encontrar novedades con eficacia real y superior a las existentes, establecer una relación específica entre flavonoide y diana fisiológica, huyendo de la generalización de “esto sirve para todo”, la apigenina cumple ambas premisas, para poder convertirse en un flavonoide de segunda generación, tras los cincuenta años dominados por los otros antes mencionados.

 

La apigenina, cuyo nombre científico es 5,7,4´-trihidroxiflavona está presente en vegetales como las flores de la manzanilla, el apio, perejil y numerosas plantas aromáticas como la menta, la mejorana, el orégano, el tomillo, la salvia, o la col china, ajo, guayaba o romero, así como, en menor cantidad en otros alimentos como las alcachofas, el vino tinto, la cerveza, la miel, las lechugas, el zumo de pomelo, los chiles, la cebolla roja, el nabo o el té verde. En concreto, su concentración en la manzanilla, puede llegar a ser de 80 mg/gramo, eso sí, en forma de compuestos glicosilados, lo que equivaldría a unos 30 mg de apigenina libre. Debido a que su presencia es en alimentos no muy comunes en la dieta, la ingesta de apigenina es muy variable en rangos que van desde casi 5 mg/día en China a 0,45 mg/día en Australia o 0,13 mg/día en Estados Unidos.

 

Las plantas que ahora sabemos que poseen un alto contenido en apigenina han sido muy utilizadas en la medicina tradicional. Así, la flor de la pasión, que contiene vitexina (8-glucosil-apigenina) se ha empleado para tratar el asma, el insomnio, la enfermedad de Parkinson, la neuralgia o el herpes zóster y la manzanilla, en distintas formulaciones, se ha usado para calmar la gastritis y la indigestión, o para reducir la inflamación cutánea y otros problemas dermatológicos.

 

En los últimos años el interés científico por la apigenina se ha incrementado mucho al demostrarse en el laboratorio sus propiedades antimicrobianas cuando se combina con otros polifenoles bacteriostáticos, anticancerígenas, antiinflamatorias, radioprotectoras, cardiosaludables o protectoras de las paredes vasculares. Como ejemplo de este interés, el número de investigaciones científicas publicadas en relación con esta molécula supera las 40.000 y en los últimos cinco años el mayor interés lo han acaparado la relación apigenina-inflamación (2270), apigenina-cáncer (2660), apigenina-cardiovascular (1990), apigenina-sistema nervioso (811), apigenina-alzhéimer (611) o apigenina-esclerosis lateral amiotrófica (130). Sin embargo, la mayor parte de las investigaciones son en sistemas in vitro o sobre animales de experimentación, siendo bastantes escasos los ensayos clínicos sobre humanos. Ello se debe a varias razones, pero las actuales investigaciones sobre dianas más tradicionales que las tradicionales de inflamación y relajación, usando un producto muy puro, prometen desarrollar aplicaciones de la apigenina más reales y específicas, eso sí, desde el punto de vista farmacológico, y no como un simple compuesto de moda o de “buena prensa” como flavonoide “antioxidante”.

 

Como exponente del interés de su estudio comentaremos brevemente cuatro investigaciones sobre algunas propiedades de la apigenina publicadas en este año 2015 que acaba. La primera que su adición a cultivos de células madre humanas pluripotentes favoreció la formación de neuronas en pocos días (http://goo.gl/fVg1qi) lo que guarda gran relación con las enfermedades neurodegenerativas. La segunda se refiere a la prevención y tratamiento del alzhéimer mediante mezclas de curcumina y apigenina (http://goo.gl/uqAg64), por lo que los autores urgen a la realización de los oportunos y urgentes ensayos clínicos. La tercera, sí, es un ensayo clínico sobre el uso del aceite de manzanilla en la osteoartrosis (http://goo.gl/uqAg64), con el resultado de que el “aceite de manzanilla disminuyó la demanda de analgesia de los pacientes con artrosis de rodilla”. Y la cuarta es un ensayo en humanos con carcinomas hepatocelulares, demostrativo de que la apigenina mejora la eficacia de los fármacos quimioterapéuticos y disminuye la quimiorresistencia hacia los mismos:

 (http://goo.gl/5I7AGK).

 

Para finalizar, una información interesante. En 1997 un grupo de investigadores de la Universidad de Murcia y de una empresa de Alcantarilla se interesaron por este flavonoide por ser el único antiinflamatorio natural por entonces conocido y desarrollaron un procedimiento propio industrial de extracción y purificación. Con la incorporación de otros grupos investigadores nacionales y extranjeros su labor al respecto ha sido muy extensa e intensa durante estos años. Y la empresa en cuestión[2] es en la actualidad la mayor productora mundial de apigenina, con una pureza del 95%, exportada en su totalidad desde Murcia, con un volumen que representa más del 60% del mercado mundial de la sustancia.

 

 

Otro científico, el médico e investigador belga Kris Verburgh, ha escrito numerosos libros sobre productos naturales, entre ellos la apigenina. Un extracto de su libro[3] nos enseña la importancia de conocer las hierbas medicinales:

 

Las hierbas pueden ejercer importantes efectos en la salud del cuerpo. Muchas hierbas tienen una fuerte acción anticancerígena, y esto se aplica a hierbas de uso común como el perejil, el tomillo, el romero, la albahaca, el orégano, la mejorana o la menta. Tomemos el perejil como ejemplo. El perejil contiene una sustancia con fuertes propiedades anticancerígenas, llamada apigenina. La apigenina inhibe la formación de vasos sanguíneos (angiogénesis) alrededor de los tumores casi tan eficazmente como el imatinib ('Gleevec' como nombre de marca). Lo sorprendente es que no se requieren concentraciones elevadas de apigenina para lograr este efecto. Las concentraciones necesarias de apigenina en la sangre para obtener el efecto mencionado se alcanzan al consumir una cantidad de perejil típica en una comida. Por lo tanto, no es necesario inyectar directamente en el torrente sanguíneo un concentrado de apigenina de alta calidad y pureza, por ejemplo. Por supuesto, esto no significa que los pacientes deban comer solo hojas de perejil molidas. Lo que los estudios demuestran es que las hierbas contienen numerosas sustancias que reducen el riesgo de cáncer y pueden frenar el crecimiento del cáncer. La industria farmacéutica también lo sabe. Varias compañías están trabajando en el desarrollo de medicamentos cuya estructura molecular se asemeja mucho a los flavonoides presentes en las hierbas y vegetales. Uno de estos medicamentos en desarrollo se llama alvocidib, también conocido como flavoperidol. 'Flavo' se refiere a los flavonoides. Alvocidib es una molécula que guarda una gran similitud con flavonoides como la apigenina.Principio del formulario

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[1] https://cienciaysalud.laverdad.es/

Apigenina: una saludable molécula natural, 23-12-2015

[2] Se trata de la empresa Nutrafur donde introduje los extractos de romero (Ácido carnósico y ácido rosmarínico) y donde era consultor hasta 2012.

[3] VERBURGH, Kris (2012). De voedselzandloper over afvallen en langer jong blijven.

 

 


 

La apigenina inhibe el crecimiento celular casi tanto como el Gleevec (imatinib). La luteolina es otra sustancia presente en verduras y hierbas que también inhibe el crecimiento celular. La barra más alta representa las células a las que no se administraron inhibidores del crecimiento como la apigenina (el grupo de control). Fuente:  The dietary flavones apigenin and luteolin impair smooth muscle cell migration and VEGF expression through inhibition of PDGFR – (beta) phosphorylation, Cancer Prevention Research, 2008

 

 


 

 

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